10/16/2006

SINCERAMENTE


Hace poco fui testigo de una escena en la que se ponían en tela de juicio dos valores diferentes: La Sinceridad y La Diplomacia. Sin que nadie pidiera su opinión, una persona le decía a otra: “Tu último trabajo es una auténtica mierda, no hay por donde cogerlo. Y perdona que te lo diga, pero es que yo soy muy sincera”. Hace un año otra persona le decía a otra: “Eres muy fea, perdona que te sea tan sincero, pero es que, hija, tienes una tocha. Ése es tu defecto, el mío es que soy sincero, lo siento”. ¿Qué es la sinceridad? ¿Dónde acaba la sinceridad y empieza el insulto? ¿Si todos dijésemos lo que pensamos prevaleciendo el valor de la sinceridad podría decirle a mi jefe que es un hijoputa cuando se comporta objetivamente como tal? Cuando una frase empieza por, “perdona que te sea tan sincero, pero...”, échate a temblar. La opción sería responder, “vale, te aseguro que yo voy ser igual de sincero que tú”. Y después de sincerarse mutuamente, pues a hostia limpia.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Sinceramente, creo que la verdad debería estar más instaurada en nuestras vidas, pero por supuesto sin hacer daño a los demás.
He aprendido con los años, que es mejor decir la verdad, aunque también es cierto que en muchas ocasiones no es necesario decir nada. Sí, es importante mantenernos neutros en ciertas ocasiones. Tampoco es necesario insultar por decir la verdad. Creo que hay formas y formas, y momentos y momentos. No es tan difícil.

Gracias por tus palabras de ánimo.

Saludos desde donde soplan aires de libertad.

NBIS dijo...

Ser sincero, que es? sabemos si realmente tenemos la verdad? en los ejemplos dados, quien puede decir sobre un trabajo o sobre un rostro tal o cual cosa? Y si así y todo se quiere decir, y se justifica con un mate de sinceridad sin que se lo haya preguntado, justo es que le parta la trucha/cara de una piña/ostia.

Saludos.

Eulalia dijo...

A veces tampoco está mal decirle a la gente lo que piensas - que no necesariamente coincide con la verdad - porque hay mucho chulillo/a por ahí que se considera un regalo de la Naturaleza.
A veces es bueno para tu salud y la del vecino callarte.
A veces resulta imprescindible una buena mentira.
Todo en su justa medida, ¿no?
Un beso.

libertad dijo...

Anda!! Iba a ponerte un comentario, y de pronto me encuentro que te lo puse la primera...No, no, no he leído esto antes. Y no, yo no he escrito eso...y es que hay una compañera por la blogosfera que también se llama "libertad"...jajaja...bueno, pues ya somos dos.

Tienes razón, es muy complejo saber qué es la sinceridad, y si realmente hay que serlo en determinados momentos. Un viejo proberbio dice: "antes de hablar piensa si lo dices de verdad, si es necesario, y si lo dices con amor". Quizá algo de esto tiene que ver con la sinceridad...

Un beso

Lunaria dijo...

Muchas veces me muerdo la lengua porque sé que si digo lo que pienso me voy a meter en un lío. Así que ya he aprendido a callar, pero me cuesta tanto que a veces lo suelto y me quedo tan a gusto...

Anónimo dijo...

La sinceridad no es un valor supremo. No. No me gusta nada. Nada. Soy más de diplomacia light. Hay que joderse con la excusa de SER SINCERO lo que la gente, GENTUZA, puede llegar a decir... Que no chico, que no...
www.lacoctelera.com/maximhuerta

caperucitazul dijo...

Como se dice habitualmente, tu libertad acaba cuando te metes en el espacio del otro. Ser sincero? sí, por supuesto, pero cuando hay que serlo, no para meterte en cosas que no te llaman. Eso no es sinceridad.

Cerillo dijo...

La sinceridad como valor positivo y conservable sólo se hace acreedora a de su nombre cuando esta está la servicio del nombrado.
La sinceridad debe proteger aunque sea dolorosa, cuando solo es dolorosa es insulto, banalidad, mala leche, y adorna al sincero de miserable, fátuo, impresentable, ordinario, cruel y mala bestia